Con inovadores programas de acceso a la educación la Fundación Pueblo ha mostrado que servicios sociales en el campo no solamente sirven la educación, pero también se pueden conventir en importantes factores económicos a nivel municipal.
Más que agricultura
Quien piensa en el desarrollo económico local primeramente tiene en mente la agricultura y la ganadería, los tradicionales ramos industriales de la mayoría de la población rural en un país como Bolivia. Sin embargo, servicios sociales, adaptados a las necesidades y capacidades de la población local, también pueden crear nuevas posibilidades de ingresos y de empleo en áreas rurales y pobres. Esto han mostrado los innovadores programas de acceso a la educación de la Fundación Pueblo.
Mujeres como factor ecónomico en el campo
Mujeres campesinas, que tradicionalmente son responsables de las tareas de casa y de cuidar a los niños, pueden servirse de sus capacidades como madres anfitrionas para participar en la comunidad y obtener su propio pequeño ingreso. Esta nueva ocupación socialmente reconocida es compatible con las tareas tradicionales de las mujeres, pero fortalece el papel de la mujer en la familia y en la comunidad.
Efectos multiplicadores y sostenibilidad
En los pueblos donde la Fundación Pueblo ha podido establecer con éxito un Hospedaje Estudiantil en Familia, pronto se vuelve en un mensurable factor económico local. Las madres anfitrionas utilizan sus nuevos ingresos por la mayor parte para comprar alimentos producidos en la comunidad. El hospedaje estudiantil como nuevo servicio local estimula por este efecto multiplicador la demanda local y el desarrollo económico de forma mensurable y sostenible.
Las experiencias de muchos años de la Fundación Pueblo en esta área muestran que el establecimiento de estos nuevos servicios sociales en las comunidades puede ser un factor importante para limitar el éxodo del campo a la ciudad que está muy extendido en Bolivia. A los que tienen una ocupación reconocida y un ingreso en el propio pueblo, la alternativa prometedora pero insegura de migrar a la ciudad parece menos atractiva.
Para que el proyecto se transforme en un permanente negocio social, es necesario una estrategia de sostenibilidad, la cual la Fundación Pueblo ya ha podido desarrollar y establacer con éxito en muchas comunidades.